Uno de
los trabajos más hermosos que he tenido fue el de “Poeta de Programa”. Se los
juro que así decía mi contrato. El asunto consistía en escribir prosa poética
para presentar a un artista en el programa de mano de su concierto.
De eso
hace más de dos décadas y ni soñaba yo en ser periodista (lo de andar por
Venezuela ubicando cultoras y cultores vino después cuando con Don Xulio Formoso
nos dio por hacer una serie, entrevistas interruptus, ya que no
hallaron espacio para ser publicadas). Como me gusta darle la cara a la vida y hablar
personalmente con la gente que voy a presentar (y no enviarle un cuestionario o
leerme lo que antes se ha escrito al respecto) una vez fui a parar con mis
preguntas en casa de Rodrigo Riera quien este 19 de septiembre cumpliría 90
años.
Por
aquel tiempo estaba yo estudiando psicología y me costó mucho no hacer más bien
una entrevista que perfilara un ser resiliente: con todas las de perder
(orfandad, poliomielitis, pobreza) se esforzó hasta ganar todas más una. Me
hizo escuchar canciones, preludios, danzas, tangos.
Le
pregunté: “¿Cómo definiría usted su música?” Me sorprendió su respuesta: “¡Tan
chueca como yo!”. Ese programa de mano que escribí no hablaba de perfecciones
ni maestrías: hacía un llamado a escuchar música chueca.
“Nuestra
Señora la Guitarra sabiendo de clásicos se regodea en la nota falsa que vibra
en manos del aprendiz de tangos. Pueden Segovia y Lauro erizarte la piel, puede
una partitura quebrantarte el sueño pero esta tarde Riera, el Chueco Rodrigo -con
temas como Canción Caroreña, Nostalgia,
Monotonía y Melancolía- hará que tu pueblo te palpite en el ombligo”.
Palabra: Ileana Ruiz
Dibujo: Xulio Formoso
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